2 abr 2016

MI EMPRESA NO ME PAGA Y ME QUIERO IR, ¿CÓMO LO HAGO?


Cuando una empresa, por dificultades económicas o por cualquier otro motivo, incurre en impagos reiterados del salario, el trabajador puede verse en una situación muy complicada. 

Si decide reclamar judicialmente el pago de lo adeudado, es previsible que obtenga una sentencia a su favor, pero eso no necesariamente supondrá una solución efectiva a su problema. Primero, porque el propio tiempo de duración del proceso tal vez conduzca al demandante a no poder sostener su economía familiar. Y, en segundo lugar, porque tener una sentencia no significa cobrar, sino que posiblemente deba iniciar a continuación los trámites para su ejecución forzosa y el resultado final dependerá de la solvencia de la propia empresa. 

Ante ese panorama, la persona que no quiere –y en muchos casos no puede- continuar trabajando sin cobrar, con frecuencia lo que desea es abandonar la empresa. Ahí surge la tentación de dejar el trabajo comunicando una baja voluntaria, pero ya anticipamos que ésa no es la mejor salida. Una dimisión del empleado implica que, a pesar de ser la empresa la responsable de su marcha, aquél no percibiría ninguna indemnización. Y, además, al haberse ido por decisión propia, tampoco tendrá derecho a prestación por desempleo.